Llegó un día en que el hombre del Pedregal aprendió a cultivar el maíz. Observó poco a poco como nacía, crecía y maduraba la planta. Limpió la tierra de hierbas malas y sembró maíz. Desde aquel momento fue la base de su alimentación. En el Pedregal se encontraron metales y vasijas de barro en los que se molía y cocía el maíz. Comenzó el hombre a ser agricultor y empezó la lucha por el dominio de la naturaleza.
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